Era una abominación, parecía salido de una película de horror. Encapsulado en una forma esférica, residía una creatura con mil ojos. En su núcleo había algo que emanaba una luz bastante luminosa de la cual salían cientos de cables, dirigidos hacia circuitos que formaban discos alrededor de dicha luz. No estaba tocando el piso, estaba levitando con ayuda de unos mecanismos que parecían ser alas. El aura que le rodeaba cambiaba de color y recorría cada parte de su forma. Aquélla cosa parecía un holograma de gran escala. Nunca había visto uno así.
Como si el tiempo se hubiese detenido, pude apreciar detenidamente y recorrer con la vista cada esquina y detalle de esa cosa cuyos ojos no dejaban de mirarme. Me puse de pie lentamente, reparando en la debilidad de mis piernas. Habiendo logrado equilibrarme, avancé lentamente hacia la luz. Mientras más me acercaba, un sonido se iba haciendo más evidente: era una vibración grave; en contraste con los chillidos de hace unos momentos, ésta resultaba bastante lenta y calmada.